Paul Cézanne

 

 

 

(1839 – 1906) fue un pintor francés pos-impresionista, considerado el padre de la pintura moderna y cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y diferente.

Sin  embargo, fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y hasta 1895 expuso solo de forma ocasional. Fue un “pintor de pintores” que la crítica y el público ignoraban, siendo apreciado solo por algunos impresionistas y al final de su vida por la nueva generación.